¿QUÉ SIGUE PARA EL TRUMPISMO DESPUÉS DE TRUMP? ESTO DICEN LOS ANALISTAS
Donald Trump tendrá que abandonar la Casa Blanca el próximo 20 de enero, pero el trumpismo podría haber llegado para quedarse, y perdurar incluso tras la salida del magnate. No en vano, el presidente se ha convertido en el segundo político más votado de la historia de EE.UU., solo superado por Joe Biden.
Más de 70,5 millones de personas eligieron la semana pasada la papeleta de Trump. Superó su anterior marca por unos ocho millones de sufragios, asegurando su base fiel -votantes blancos del ámbito rural- y espoleando la participación.
La aceptación de Trump entre el elector republicano es, además, altísima. Supera el 90 %, e incluso el 95 % entre quienes se denominan conservadores.
Una base ideológica
Jeff Goodwin, un profesor de sociología de la Universidad de Nueva York, consultado por la cadena CNN, considera que las bases ideológicas del trumpismo son el conservadurismo social, que cristaliza en posiciones antiabortistas; el capitalismo neoliberal, en reclamo de menos impuestos y desregularización interna; el proteccionismo económico, y el nativismo, que cristaliza en políticas antiinmigración y el nacionalismo blanco, debido a que el presidente no condena de forma categórica a los grupos supremacistas.
Pocos políticos activos republicanos han criticado directamente la decisión de Trump de no reconocer como ganador a Joe Biden. Sí lo ha hecho el senador y excandidato presidencial Mitt Romney, pero no ha conseguido añadir más voces influyentes a su causa. El legislador ya fue el único congresista republicano que votó a favor del impeachment de Trump, y resultó marginado por ello.
Volver a presentarse
El portal web Axios y el diario The Washington Post aseguran, incluso, que Donald Trump podría estar planteando presentarse a las elecciones del 2024, extremo que podría reducir aún más las voces disonantes en el partido republicano.
Los posibles aspirantes a la candidatura republicana más cercanos a los postulados del presidente, como su todavía segundo Mike Pence, la exembajadora en la ONU, Nikki Haley, y el senador Tom Cotton, deberían posponer sus aspiraciones, y quienes han mantenido distancias, sin criticar frontalmente a Trump, como el senador Marco Rubio, posiblemente esperarán un mejor momento. La primera prueba de fuego del trumpismo sin Trump tendrá lugar en enero, cuando republicanos y demócratas se medirán en las urnas en Georgia por dos puestos decisivos en el Senado, en dos balotajes convocados debido a que los candidatos no superaron el 50 % de los votos requeridos por las leyes estatales.
Las urnas en noviembre dieron como ganador a Biden en la presidencia, pero no hubo ola azul. Los demócratas, de hecho, perdieron asientos en la Cámara de Representantes y no consiguieron, a falta de conocer el resultado en la vuelta a las urnas en Georgia el 5 de enero, la mayoría en el Senado, como vaticinaban algunos analistas, demostrando la salud del presidente en las plazas que le son fieles. Los demócratas pueden tener la presidencia, pero no han acabado con el trumpismo.