Adiós a las Neverías
#Monclova #Coahuila. – En el año de mil novecientos setenta y tres, siendo alcalde de Monclova el Lic. Policarpo Cárdenas Ramos, y a través de un acuerdo de Cabildo, que, en apego al Programa de obras de embellecimiento de la ciudad, se determinó construir totalmente nueva la Plaza Principal.
Como era del dominio público, estaba considerado por propios y extraños, el mejor atractivo que se tenía.
El departamento de Obras Públicas a cargo del Ing. Antonio Harb Karam, se encargó de realizar un nuevo diseño de construcción, elaborando para el efecto, los planos respectivos, que en su parte general señalaban el embanquetado con adoquín, material que hubo de conseguirse en la ciudad de San Luis Potosí, incluyendo también, una gran fuente ornamental; áreas verdes, bancas de madera con armazones de fierro forjado y arbotantes para alumbrado con lámparas especiales.
En palabras del mismo C. Presidente Municipal, que para llevar a cabo esta obra, era necesario demoler las instalaciones de neverías existentes en ese lugar, para cuyo fin se había elaborado un convenio con las cuatro personas concesionarias de los establecimientos, y accediendo de buena manera a su cambio a otros lugares que ellos mismos determinarían, ofreciéndoles las autoridades municipales, construirles locales apropiados, que pudieran ser en la Plaza Víctor Blanco o Aldama, según lo decidieran.
Las concesiones que habían sido gestionadas desde 1912 y 1914, a propuesta del Ayuntamiento, que se construirían de madera, serían propiedad de ellos y si fueran de concreto, propiedad del Municipio.
Finalmente, el Ayuntamiento accedió a que se llevaran a cabo de inmediato las obras, autorizándose los egresos necesarios para un pronto realización.
En ambas plazas propuestas, la de Víctor Blanco y la Aldama (Hidalgo), estuvieron funcionado estas negociaciones, y por citar alguno, en la Aldama había una nevería de madera cuyo dueño se llamaba don Ceferino, y al centro de la misma se ubicaba un puesto “redondo”.
