La Radiotelevisión Española (RTVE) abandonará y la neerlandesa NPO boicoteará el Festival de la Canción de Eurovisión tras permitir a Israel participar el año que viene, tras las amenazas de algunos de retirarse por la guerra de Gaza.
La cuestión había dividido profundamente a los participantes en la competición, que atrae a millones de espectadores de todo el mundo y tiene un historial de enredos en rivalidades nacionales, cuestiones internacionales y votaciones políticas. Los medios de comunicación españoles y otros medios nacionales habían amenazado con boicotear el evento si se incluye a Israel, citando el recuento de muertos en Gaza y acusándolo de violar las reglas destinadas a proteger la neutralidad oficial del concurso. Alemania, un importante patrocinador de Eurovisión, ha declarado que no participará si se prohíbe la participación a Israel.
Israel, que quedó en segundo lugar en el concurso este año, no ha respondido a las acusaciones, pero ha argumentado que se enfrenta a una campaña de desprestigio global.
Israel se prepara pese a riesgo de veto
En la reunión se discutireron nuevas reglas destinadas a disuadir a los gobiernos y a terceros de promover excesivamente canciones para influir en los votantes, tras las acusaciones de que Israel impulsó injustamente a su participante este año. Si los miembros no pueden ponerse de acuerdo sobre esas reglas, podrán realizar una votación sobre la participación de Israel, dijo la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que organiza el concurso.
Yuval Raphael, participante de Israel en 2025, estuvo en el festival de música Nova, uno de los objetivos de los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023 contra Israel que desencadenaron la guerra de Gaza. Un total de mil 200 personas murieron y 251 fueron tomadas como rehenes en los ataques, según los recuentos israelíes. La ofensiva israelí subsiguiente ha matado a más de 70 mil palestinos, la mayoría civiles, según las autoridades sanitarias del enclave.
La emisora pública israelí KAN ha dicho que se está preparando para el concurso del próximo año y pronto anunciará cambios en su proceso de selección de participantes. Agregó que presentará su posición sobre una posible descalificación en la reunión, que no está abierta al público.
El Festival de la Canción de Eurovisión se remonta a 1956 y alcanza a unos 160 millones de espectadores, según la UER, más que los casi 128 millones registrados en el Super Bowl estadunidense de este año, según cifras de Nielsen. La participación se basa en la membresía de la UER y no se limita a Europa.
Alemania ‘banca’ a Israel en el concurso
Las emisoras públicas de Eslovenia, Irlanda, España y los Países Bajos habían amenazado con boicotear el concurso de mayo de 2026, que se celebrará en Austria. El director de la cadena española RTVE, José Pablo López, publicó en X que la gestión de la UER y de Eurovisión estaba sometiendo a su organización a la “mayor tensión interna de su historia”. La UER no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios de Reuters.
A su llegada a la reunión en la sede de la UER, el presidente de la emisora nacional portuguesa RTP, Nicolau Santos, dijo a Reuters que su organización apoyaba las nuevas reglas, sin hacer comentarios sobre la participación de Israel.
La emisora finlandesa Yle dijo que sólo participaría en el próximo concurso si se implementaban las reglas propuestas y si había garantías de seguridad adicionales para los participantes y la audiencia.
“El propósito original de Eurovisión ha sido crear un espacio donde podamos encontrarnos a pesar de las diferencias y los desacuerdos”, dijo la directora ejecutiva de Yle, Marit af Björkesten, en un comunicado.
El ministro de Estado de Cultura de Alemania, Wolfram Weimer, dijo a Reuters que Berlín no debería participar si Israel era excluido.
“Israel merece estar en el Festival de la Canción de Eurovisión”, afirmó. Un portavoz de la emisora alemana ARD afirmó que esperaba “conversaciones constructivas”.
Según las nuevas reglas propuestas, se reincorporaría un jurado profesional ampliado en la semifinal, que contaría con aproximadamente el 50% de los votos. La otra mitad seguiría siendo una votación pública. Los miembros de la audiencia tendrían un máximo de 10 votos para emitir en lugar de 20 y se les alentaría a apoyar múltiples propuestas, dijo la UER.
