El presidente Milei volvió a defender su paquete de reformas: «Llevan seis meses discutiendo la ley Bases que hubiera hecho que el ajuste sea menos doloroso, pero a la política eso no le importa», aseguró en un foro de finanzas en Buenos Aires antes de partir de gira a Europa, adonde participará de la cumbre del G7 en Italia.
La ruta legislativa ha sido cuesta arriba para La Libertad Avanza, el pequeño partido de Milei, minoritario en ambas cámaras.
«Desde el FMI hasta los inversores extranjeros, muchos actores dicen que, para que la propuesta de Milei sea creíble, se necesitan leyes del Congreso, se necesitan acuerdos, se necesita un Estado más o menos funcionando», comentó a la AFP Iván Schuliaquer, politólogo de la Universidad de San Martín.
El ministro de Economía, Luis Caputo, dijo el martes que la ley es «un acelerador, un potenciador de la recuperación de la situación económica».
El debate se realiza en un contexto de economía en recesión, con desplome de la actividad industrial y el consumo, miles de despidos y una inflación en desaceleración pero aún en torno al 300% interanual.
El peso del ajuste recayó sobre todo en las jubilaciones y en el poder adquisitivo del salario en un país con la mitad de su población en la pobreza.
«Nido de ratas»
El proyecto naufragó en su primer intento en la Cámara de Diputados y para reflotarlo el gobierno hizo numerosas concesiones hasta reducir su contenido original de 600 artículos a un tercio.
En medio de los tironeos, el presidente anarcopitalista calificó al Congreso como «nido de ratas», entre otros improperios contra legisladores y gobernadores.
En el Senado, el presidente cuenta apenas con siete de las 72 bancas y necesita el voto de 37 legisladores para que la sanción.
De ellos tiene garantizados unos 35 gracias al apoyo de la derecha tradicional y negociaba hasta último momento para intentar conseguir los votos restantes.
Si el paquete es rechazado, Milei tendrá que esperar un año para volver a impulsarlo, una posibilidad que debilitaría políticamente a un presidente ya golpeado en varios frentes.
En particular, el mastodóntico ministerio de Capital Humano, que reúne cuatro carteras más la administración de seguridad social, está bajo fuego tras el hallazgo de 5.000 toneladas de alimentos que estaban guardados mientras el gobierno se negaba a enviar comida a los comedores populares.
El Senado también debatirá una reforma fiscal paralela, que incluye reinstalar un impuesto a las ganancias para gravar los salarios y jubilaciones.