Este miércoles, la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila fue escenario de la presentación del libro “Testimonios: movimiento obrero CINSA y CIFUNSA, 1974”, una obra que rescata la memoria de uno de los movimientos sindicales más emblemáticos del noreste mexicano.
El evento contó con la presencia de José María González Lara, profesor e investigador de dicha facultad y coordinador de la obra, junto con Héctor Ulises González Rodríguez, quienes estuvieron acompañado de diversas personalidades de la academia y el ámbito sindical para ofrecer un repaso de este suceso que marcó un antes y un después en la historia laboral de Saltillo.
“La finalidad del libro es triple: en primer lugar, recuperar los testimonios históricos y la crónica de un movimiento que, a pesar de surgir en una ciudad conservadora, recibió el respaldo de estudiantes, religiosos y ciudadanos en general”, explicó González Lara.
Fueron necesarios diez años de investigación para reunir estos relatos, que evidencian cómo la huelga de 1974 no solo mejoró las condiciones económicas de los trabajadores de los complejos industriales CINSA y CIFUNSA, sino que además puso sobre la mesa temas críticos como el acoso hacia las obreras, un tema pocas veces abordado en aquella época.
La obra también analiza el impacto nacional de este movimiento, que impulsó un aumento salarial del 20% a nivel nacional y de hasta 40% para los obreros de CINSA y CIFUNSA, según expuso González Lara. “Es un reconocimiento a la lucha de hombres y mujeres que trascendieron su tiempo y su espacio, y cuya gesta sigue viva 50 años después”, añadió el autor.
UNA HUELGA QUE DESAFIÓ LA HISTORIA
Saltillo, una ciudad con antecedentes de movimiento obrero desde la Revolución Mexicana, se convirtió en el epicentro de la huelga en 1974, donde los trabajadores de CINSA y CIFUNSA decidieron desconocer a la dirigencia sindical subordinada a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y convocar a una huelga histórica. El movimiento, apoyado por sectores como estudiantes, campesinos, la Iglesia y otras organizaciones, recibió el respaldo social y una visibilidad que desafiaba la estructura tradicional de poder en la región.
Desde principios de la década de 1920, el movimiento obrero en Coahuila se enfrentó a tensiones entre la CROM y las autoridades locales, destacándose en el proceso de consolidación de los derechos laborales establecidos en la Constitución de 1917. Sin embargo, fue en 1974 cuando los obreros de CINSA y CIFUNSA, con asesoría del Frente Auténtico del Trabajo y liderados por figuras como Arturo Alcalde Justiniani, desataron una huelga que desafió las prácticas coercitivas y los “contratos de protección” que limitaban la autonomía sindical.
