Por Yuriria Sierra
Revictimizadas
Es increíble que un gobierno “de avanzada”, sostenga sus programas en la narrativa de la culpa.
La campaña no es nueva, está en redes desde diciembre de 2021, pero hace un par de días, comenzó a volverse viral, la razón: al verla con mayor atención, se reitera que las autoridades el gobierno de México han decidido aferrarse a la línea equivocada de la revictimización cuando se trata de mensajes que apelen a la contención de la violencia.
Y es increíble que un gobierno que se dice de avanzada o de izquierda, sostenga sus programas y políticas sociales en la “vieja y confiable” narrativa de la culpa. Lo hicieron así hace unos días, cuando la Cofepris emitió una “máxima alerta sanitaria” por los vapeadores. No han parado en su extensa campaña para advertirnos que su uso pone en riesgo la salud, además subrayan que no hay permiso sanitario alguno para su venta en territorio nacional. El tipo de información que acompañan a la advertencia, es que incluso se pueden caer los dientes con el uso cotidiano de estos dispositivos; sin embargo, las autoridades no hablan de qué harán para controlar su venta ilegal o regularización. A estas alturas y con la experiencia del narcotráfico, ya deberíamos dar por sentado que las políticas prohibicionistas no funcionan.
Lo anterior es lo mismo que ocurre con la campaña Yo Decido: Yo Decido No Ponerme en Riesgo… reza el spot y se lee en los carteles que acompañan la leyenda. Aunque en varios escenarios hay dos que resaltan. Uno, donde la imagen es de un joven; el otro y el más cuestionado, se ve a una joven mujer negándose a tomar una bebida alcohólica. El mensaje: el no beber elimina riesgos de ser víctima de una agresión… ¿sexual? ¿Acaso esto ha impedido históricamente que las mujeres no sean víctimas de un crimen? ¿No tomar una cerveza nos brinda mayor seguridad a mujeres y hombres? ¿Qué sigue? ¿Alertar que, en efecto, es la ropa que elige usar la víctima la que despierta el instinto depredador del atacante?
Tras las críticas, la Secretaría de Gobernación, la dependencia de más alto rango que está detrás de esta campaña, afirmó en un comunicado algo más desafortunado: que fue diseñada para promover la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes y que, además, el otro cartel lleva a un hombre como protagonista.
En contraste, esto es lo que ocurre en España: hace un par de días se aprobó la llamada ley sólo sí es sí o ley del consentimiento, que son subrayadas con mayor dureza las causales con las que se pueden identificar una agresión sexual: debe existir el consentimiento explícito de ambas partes, aún si se trata de una persona cercana, un esposo, novio o un familiar. Es una ley que va pensada más para levantar el muro e impedir que se presenten agresiones sexuales con tanta facilidad, porque uno de los argumentos más utilizados para desacreditar una acusación es justamente el vínculo entre la víctima y el victimario.
Ojalá que pronto las instituciones gubernamentales mexicanas cambien su visión respecto a la violencia de género, a sus motivos y a las vías que permiten cerrarle el paso, porque, de otra forma, será a través de la revictimización que nunca dejaremos de ver cómo crecen esas estadísticas que nos duelen a todas y todos. Recordemos: un delito es responsabilidad del agresor, nunca de la víctima.