El director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), Tito Castellanos, dijo a Radio Caracol que 49 de las víctimas habían fallecido dentro del penal y otras dos murieron después de haber sido trasladados a centros médicos.
El funcionario indicó que la mayoría de las víctimas perdieron la vida por inhalación de humo y que se avanza en las labores de identificación de los cuerpos.
Citado por el diario El Tiempo, Castellanos señaló que el motín comenzó cerca de la 1:00 am y calificó el evento como «trágico y desastroso».
Tras la intervención de los guardias, los reclusos prendieron fuego a colchones, lo que ocasionó un gran incendio.
«Hubo una llamada casi a la 1:20 de la mañana por un posible amotinamiento. (…) Se verifica que hubo una quema de muchos colchones, y hasta el momento son cerca de 50 las personas trasladadas a centros asistenciales», informó el director del Inpec la mañana de este martes.
El presidente de Colombia, Iván Duque, lamentó en su cuenta de Twitter lo que calificó de «terrible situación» y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas.
Por su parte, el presidente electo, Gustavo Petro, a la vez que se condolía por lo ocurrido, dijo en su cuenta de Twitter que «el Estado colombiano ha mirado la cárcel como un espacio de venganza y no de rehabilitación. Lo acontecido en Tuluá, como la masacre en La Modelo, obliga a un replanteamiento completo de la política carcelaría».
Las autoridades precisaron que el número de muertos y heridos era «preliminar» y que «puede cambiar».
La cárcel de Tuluá alberga a 1.267 reclusos y tiene una sobrepoblación del 17 %.