MORELIA, Mich.- Matías Emilio Márquez Olalde, de 14 años, tiene un sueño: acudir al Gran Premio de México de Fórmula 1 y conocer al piloto Sergio Checo Pérez. Para lograrlo se ha puesto a vender churritos y botanas afuera de su casa.
Cuenta que Checo Pérez se convirtió en su inspiración de vida, «porque nunca se rinde y siempre busca la manera de remontar y le echa ganas en todo». Revela a EL UNIVERSAL que si tuviera enfrente al piloto mexicano, lo primero que haría sería abrazarlo y reiterarle que es su inspiración de vida.
«Quiero saber cómo se vive la experiencia de escuchar el rugido del motor, la velocidad y el sueño de conocer a Checo Pérez, que por él es que estoy haciendo esto», expresa el adolescente que acaba de terminar de estudiar tercero de secundaria. Matías cuenta que siguió la carrera del domingo, el Gran Premio de Austria, la que Checo tuvo que abandonar por un impacto con George Russell en la primera vuelta de la competencia.
Asegura que lo ocurrido y la manera en la que el mexicano encaró la situación, refuerza su admiración. El joven platica que su afición por las carreras inició cuando vio por primera vez en televisión un auto correr y a través de la pantalla sintió la adrenalina.
«A partir de ahí empecé a verlas; me interesé más en el tema; comencé a investigar y con eso llegué a lo que soy ahorita: un aficionado de la Fórmula 1», narra.