La elevada variabilidad genética de los virus respiratorios, la falta de predicción de los cambios genéticos y la existencia de reservorios animales sugieren la aparición de futuras enfermedades infecciosas que pueden constituir una amenaza real y colocarnos ante el riego de otras pandemias
La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha pedido una estrategia de anticipación para poder abordar con éxito las enfermedades infecciosas que se vayan sucediendo durante la presentación del libro “Las enfermedades infecciosas en 2050″, redactado por infectólogos y microbiólogos..
Con el capitulo dedicado a nuevas amenazas y la emergencia de nuevos virus zoonósicos, escrito por David Rodríguez Lázaro, de la Universidad de Burgos; y Antonio Rivero Juárez, del Instituto Maimónides de Investigación biomédica de Córdoba (IMIBIC), EFEsalud inicia esta serie en la que recogerá resumidos cinco artículos de esta obra.
Nuevas amenazas por virus de origen zoonósico; Malaria y otras enfermedades infecciosas trasmitidas por artrópodos; Riesgos relacionados con bioterrorismo; Fiebres hemorrágicas virales; e Infecciones asociadas a la formación de biopelículas.
Enfermedades infecciosas: nuevas amenazas
Sobre la magnitud del problema y las consecuencias estimadas, los autores señalan que uno de los principales retos sanitarios presentes y futuros es la identificación precoz de nuevos agentes virales emergentes con capacidad de infectar al ser humano.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en el año 2018 en el listado de enfermedades infecciosas prioritarias a la “Enfermedad X”.
La enfermedad X es una enfermedad teórica producida por un agente infeccioso desconocido con potencial pandémico.
La emergencia de este patógeno tendría graves consecuencias sanitarias y económicas, con un impacto social incalculable.
De acuerdo con los autores, si tres de cada cuatro patógenos emergentes descritos en los últimos años con capacidad infectiva al ser humano tienen un origen animal (zoonosis), “y teniendo en cuenta que la gran mayoría de ellos son virus ARN, es más que probable que las futuras emergencias sanitarias sean producidas por éstos”.
Estimando que existen unos 600-800 mil virus desconocidos con potencial zoonósico, la probabilidad de emergencia en los próximos años de varios agentes virales como agentes causales de esta “Enfermedad X” es muy elevada.
Consideran además que ante las nuevas amenazas de enfermedades infecciosas por virus emergentes de origen zoonósico, es claramente insuficiente en el control de epidemias por agentes virales desconocidos.
“Esto se debe a que, ante la emergencia de un agente viral nuevo no se dispone de la información sobre la conformación molecular y genómica, impidiendo su diagnóstico durante los primeros momentos de la emergencia, ya que se desconocen sus vías de transmisión, limitando el impacto de medidas preventivas, y se carece del conocimiento de su patogenia y curso clínico, aspecto clave para un correcto manejo clínico”.
En su opinión, medidas de mitigación y control en fase de epidemia, como el confinamiento, el cierre de actividad económica y la limitación de movimientos, pueden no tener el alcance y dimensión necesarios, debido a su alto impacto social y económico.
Por ello, abogan por un cambio de estrategia que permita identificar de manera muy precoz la emergencia de agentes virales zoonósicos, con el objetivo de minimizar su impacto a todos los niveles.
Pese a que en los últimos años el tiempo transcurrido entre la emergencia de un agente viral y la identificación del agente causal ha sido menor (en el caso del SARS-CoV-2 apenas unos días) en toda la historia de las enfermedades infecciosas nunca ha habido capacidad de anticipar la emergencia de un agente viral, aspecto de vital importancia para afrontar una futura pandemia.
Esta falta de anticipación se debe a la ausencia de una estrategia coordinada a nivel mundial de búsqueda de patógenos en reservorios animales, a la carencia de estudios que evalúen el potencial zoonósico de los nuevos agentes virales identificados en especies animales.
También a la ausencia de evaluación de potenciadores condicionantes de su posible emergencia, así como a la escasa comunicación entre los agentes implicados en el control y manejo de las enfermedades infecciosas en población humana y animal.
“Todo ello pone de manifiesto la incapacidad actual de la Sociedad para anticiparse a la emergencia de un nuevo agente viral zoonósico”.
Una prueba más es el reciente e inesperado brote producido por el virus de la viruela del mono. Este virus ha salido, sin saber aún cómo, de los bosques tropicales de África y se ha extendido en pocos días por varios países de Europa y de América del Norte, causando cientos de casos de infección.
Por lo tanto, es necesario un cambio radical en el paradigma del modelo de abordaje y manejo de las enfermedades infecciosas de origen zoonósico, siendo necesario la aplicación de un modelo multidisciplinar que permita el estudio de los agentes zoonósicos integrando a todos los agentes implicados.
Otra estrategia es posible
Así defienden implantar el modelo conocido como One Health (Una única Salud), un abordaje holístico para el estudio de las enfermedades infecciosas de origen zoonósico, que integra tanto el estudio de los factores ambientales condicionantes de la emergencia como los diferentes aspectos relacionados con la Salud Humana y la Sanidad Animal.
La estrecha relación entre el ser humano, el medioambiente y los animales hace que una perturbación directa o indirecta por parte del ser humano desencadene el paso de agentes virales de la fauna silvestre a animales domésticos o al ser humano.
Por ello, el modelo One Health permitirá , entre otras medidas, conseguir una anticipación rápida y eficaz, al integrar en un solo equipo todos los aspectos necesarios para su control y prevención.
De no ser así, concluyen en su artículo del libro de la SEIMC, será imposible minimizar el impacto en Salud, Social y Económico causado por la próxima emergencia de un nuevo agente viral zoonósico en un futuro cercano.
EFE