Por años, los republicanos en Texas trataron de ganar el voto hispano usando una marca de conservadurismo compasivo de la era Bush. La idea era que un toque moderado y una retórica más suave en migración fueran clave para lograr avances entre los votantes hispanos, particularmente en bastiones demócratas a lo largo de la frontera sur.
Así era el Texas de antaño. La era Trump ha dado lugar a una nueva marca de republicanos en Texas, una de las cuales ya está caminando por los pasillos del Congreso: la latina de extrema derecha.
Mayra Flores se convirtió en la primera republicana en representar el Valle de Río Grande en más de un siglo después de que ganó la elección especial el mes pasado y volteó el escaño del Congreso de azul a rojo. También se convirtió en la primera latina republicana enviada por Texas al Congreso. Su breve periodo terminará a finales de año, y se considera que tiene una posibilidad remota de ganar la reelección para un periodo completo.
Pero lo que más llama la atención es que Flores ganó evitando a los moderados, abrazando a la extrema derecha y mostrando su apoyo a Donald Trump. La congresista es más Marjorie Taylor Greene (representante republicana por Georgia) que Kay Bailey Hutchinson (ex senadora republicana por Texas).
Su eslogan de campaña, «Dios, familia, país», pretendía apelar a lo que ella llama los «valores tradicionales» de su distrito de mayoría hispana en la ciudad fronteriza de Brownsville. Pidió la destitución del Presidente Joe Biden. Usó en Twitter etiquetas de la teoría de conspiración QAnon. Y se refirió al Partido Demócrata como «la mayor amenaza que enfrenta Estados Unidos».
Otras dos latinas republicanas, Monica De La Cruz, en McAllen, y Cassy Garcia, en Laredo, también están en la boleta en contiendas legislativas a lo largo de la frontera con México. Las tres, a quienes los funcionarios republicanos han llamado una ‘triple amenaza’, comparten visiones de derecha en migración, la elección presidencial de 2020 y el aborto, entre otros temas.
Flores, De la Cruz y Garcia crecieron en el Valle del Río Grande, una región de cuatro condados de clase trabajadora en el extremo sur de Texas donde los hispanos representan 93 por ciento de la población. Las tres son bilingües. Flores nació en Tamaulipas, México, y las otras dos en el sur de Texas. Sólo De la Cruz ha recibido el respaldo de Trump, pero todas lo defienden abiertamente a él, su movimiento y su duro discurso sobre restringir la migración y construir un muro fronterizo.
El Valle de Río Grande ha sido por mucho tiempo un lugar políticamente liberal pero culturalmente conservador. Las bancas de la iglesia están llenas los domingos, las banderas estadounidenses ondean en los postes de los jardines delanteros y se reverencia a las fuerzas del orden.
En 2020, la cultura conservadora del valle empezó a ejercer una mayor influencia en su política. Trump volteó de azul a rojo el condado rural de Zapata y redujo el margen de victoria demócrata en los cuatro condados del valle y en otros pueblos fronterizos.
«El deseo de abrazar a los republicanos se está extendiendo», dijo Garcia, ex asesora del Senador republicano por Texas, Ted Cruz.
Otras latinas proTrump están contendido por escaños en el Congreso en Virginia, Florida y Nueva México, entre otros lugares.
Líderes republicanos y estrategas dicen que el triunfo de Flores y las candidaturas de otras hispanas de derecha son prueba de que los electores latinos se están desplazando cada vez más hacia la derecha. Más de 100 candidatos republicanos a la Cámara de Representantes son hispanos, un número récord, de acuerdo con el Comité Nacional Republicano del Congreso.
Los demócratas ven la situación muy diferente. Algunos líderes demócratas minimizan la victoria de Flores como una casualidad, producto de una elección especial fugaz y con baja participación en la que 28 mil 990 personas depositaron fotos.
Flores, quien fue electa para cumplir los últimos seis meses del mandato de un congresista demócrata que se retira, está compitiendo en noviembre para un periodo completo. Enfrenta a un popular demócrata que está cambiando de distrito, el representante Vicente González.
Líderes demócratas están optimistas de que González derrotará a Flores y de que Garcia perderá la contienda contra el representante Henry Cuellar, un demócrata conservador que tuvo un apretado triunfo sobre su rival progresista en la segunda vuelta de las primarias.
De la Cruz, sin embargo, está en la carrera más competitiva a la Cámara en Texas y se enfrentará a Michelle Vallejo, una demócrata progresista.
El representante Ruben Gallego, demócrata por Arizona, quien encabeza el brazo de campaña del Caucus Hispano del Congreso, desestimó el triunfo de Flores como un «golpe de relaciones públicas» por los republicanos.
«No significa que ella represente a los principales votantes hispanos», dijo Gallego.
Gonzalez, congresista demócrata, casi perdió ante De La Cruz hace dos años cuando ella lo desafió en el distrito 15 de Texas. Él ganó por 6 mil 588 votos. Ahora, él está retando a Flores en el distrito 34.
«Este fue un mensaje profundo al partido», dijo sobre la victoria de Flores.
«Realmente ha despertado a la base demócrata. Nunca he tenido tantos voluntarios en todos mis años».
¿Por qué son republicanas?
Flores dice que su cambio al Partido Republicano fue inevitable.
Al principio, contó, había votado por los demócratas, principalmente porque todos los que conocía hacían lo mismo. La primera vez que votó por un republicano para Presidente, comentó, fue por Mitt Romney en 2012.
Después de asistir a un evento republicano para las parejas de los agentes de la Patrulla Fronteriza, Flores empezó como voluntaria para el Partido Republicano del Condado de Hidalgo en McAllen. Para 2020, estaba organizando caravanas proTrump a lo largo del Valle del Río Grande.
También publicaba mensajes en Twitter con la etiqueta #QAnon.
Cuando se le preguntó sobre QAnon, Flores negó alguna vez haber apoyado esa teoría de conspiración, que afirma que un grupo de élite adorador de Satanás y que dirige una red de explotación sexual infantil está tratando de controlar el Gobierno y a los medios. Por mucho tiempo, las etiquetas se han considerado abreviaturas en las redes sociales para expresar respaldo a una causa o idea, pero Flores insistió en que su intención era expresar oposición a QAnon.
Flores borró los tuits sobre QAnon, pero no se abstuvo de expresar otros puntos de vista de derecha. Luego de la elección de 2020, insistió en Twitter que Trump había ganado, escribiendo en una publicación en español: «Ganamos y lo vamos a demostrar!». Después del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, retuiteó una publicación calificándola falsamente de «montaje» por parte de antifa, un movimiento político de izquierda antifascista y antiracista. También se ha referido a Biden como «Presidente solo de nombre» y ha exigido su destitución. Y como su propio juramento coincidió con las audiencias del comité de la Cámara que investiga el ataque del 6 de enero, Flores desestimó en gran medida los procesos.
«Honestamente, a mi distrito no le importa eso», dijo sobre las audiencias.
«Mi distrito está batallando para pagar las facturas. Eso es en lo que se supone que nos debemos enfocar».
Como Flores, De La Cruz se describe como una ex demócrata que «se alejó» del partido. Dice que depositó su primer voto en una primaria republicana para Trump en 2016.
«Creo que el Presidente estaba sacando a la luz las terribles cosas que estábamos haciendo a nuestro país», declaró.
Cuando perdió por poco contra Gonzalez en 2020, De La Cruz sugirió, sin evidencia, que ella y Trump fueron víctimas de un fraude electoral en el distrito.
Garcia, por el contrario, dice que ha sido republicana toda su vida. Criada como conservadora, iba a la iglesia tres veces a la semana y entró a la política poco después de la universidad, trabajando como directora de divulgación de Cruz en McAllen.
Como candidata, se concentró en la libertad religiosa y la prohibición del aborto, temas sobre los que, afirmó, los votantes hispanos de la región tienen cada vez más ideas afines.
«La ola roja esta aquí«, aseveró.