La Organización Mundial de Comercio (OMC) es víctima de su propio éxito.
Si bien ha sido un mecanismo importante para definir reglas en el comercio internacional, el esquema de consenso que utiliza para tomar decisiones le hizo perder fuerza, consideró Eduardo Pérez Motta, socio en la consultoría SAI Derecho & Economía.
«Lo que está parando a la OMC es que se convirtió, de alguna manera, en esclavo de su propio éxito, o sea fue un sistema multilateral que permitió negociaciones que fueron avanzando, pero que tenían incrustadas una serie de problemas que eventualmente han generado la necesidad de una reforma mucho más profunda», refirió Pérez Motta, quien fue representante permanente de México ante la OMC de 2000 a 2004.
En principio, la Organización como mecanismo de negociaciones para abrir y para globalizar la economía fue muy útil porque permitió definir reglas que se volvieron obligatorias para los países firmantes, y en caso de romperlas se puede acudir a un sistema de solución de diferencias; eso le dio una vida eficiente a la organización, destacó.
Sin embargo, criticó que con el sistema de decisiones de tipo consenso en las negociaciones se acuerdan textos que son relativamente difusos.
Es decir, se redacta un texto para que todos los países integrantes a la OMC estén de acuerdo y lo firmen, pero si no se consigue el consenso simplemente no se aprueba.
Ese mecanismo, añadió, tiene ciertas zonas grises, ya que en su propia construcción permite que diversos países interpreten distintas cosas de un mismo tema.
«Para asegurar que todo mundo esté de acuerdo, defines y negocias textos que prácticamente permiten que distintos países tengan diferentes interpretaciones sobre qué fue lo que negociaron y que sientan que fueron exitosos, que aplaudan y que regresen a su país tranquilos de que lograron una buena negociación», detalló Pérez Motta.
De tal forma que lo que se hace a través del sistema de consenso es obligar a que la OMC vaya muy despacio o que no camine, afirmó.
Consideró que la Organización requiere eliminar la reglas de consenso y además que se permitan acuerdos plurilaterales entre grupos de países que estén interesados en ir avanzando y eso poco a poco va a ir atrayendo a los demás.
Reconoció que es un esquema complejo de implementar, ya que en la OMC se busca que todos los países que participan caminen a la misma velocidad, pero dicho modelo se está deteriorando.
Esto ocurre porque las naciones sí están discriminando de manera externa, mediante negociaciones particulares, como es el caso de los tratados de libre comercio bilaterales entre dos naciones.