El Banco Central Europeo subió su tasa de interés clave en 50 puntos básicos, la primera alza en 11 años y la mayor desde 2000, con el objetivo de hacer frente a la creciente inflación, incluso cuando aumentan los riesgos de recesión.
En un momento en el que Italia está sufriendo un nuevo episodio de agitación política, la presidenta Christine Lagarde y sus colegas también presentaron una herramienta que esperan que garantice que los mercados no eleven los costos de endeudamiento de forma demasiado agresiva en las economías vulnerables, como ocurrió en 2012, cuando se cuestionó la propia existencia del euro.
«El Consejo de Gobierno consideró que es apropiado dar un primer paso más grande en su camino de normalización de la tasa de política que el señalado en su reunión anterior», dijo el BCE en un comunicado.
La institución de Frankfurt había mantenido las tasas en mínimos históricos, en territorio negativo desde 2014, mientras lidiaba con la crisis de deuda soberana de la región y la pandemia de coronavirus.
El euro subió a un máximo de la sesión por la noticia de un alza de tasas más agresiva, para negociarse a 1.0257 dólares. El rendimiento del bono italiano a 10 años también subió con la noticia, extendiendo las ganancias después de reaccionar a la renuncia del Primer Ministro Mario Draghi.
En tanto, el dólar al menudeo opera con un alza de 12 centavos al venderse a 21.21 pesos en Citibinamex y se adquiere a 20.02, mientras que Wall Street y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) marchan con pérdidas.
El BCE también dijo que este movimiento en las tasas de interés «respaldará el regreso de la inflación al objetivo a mediano plazo del Consejo de Gobierno al fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación y garantizar que las condiciones de la demanda se ajusten para lograr su objetivo de inflación a mediano plazo». El objetivo de inflación del banco central es del 2 por ciento.
El BCE había señalado previamente que aumentaría las tasas en julio y septiembre a medida que los precios al consumidor siguen aumentando, pero no estaba claro si llegaría a llevar las tasas a cero. La tasa de depósito del BCE ahora es del 0 por ciento, la tasa de las operaciones principales de refinanciación es del 0.5 por ciento y la facilidad marginal de crédito está en el 0.75 por ciento.
Herramienta anti-fragmentación
Mientras tanto, los inversionistas estaban atentos a los detalles sobre la nueva herramienta antifragmentación del BCE, que tiene como objetivo apoyar a las naciones con grandes cantidades de deuda, como Italia.
El banco central llamó a esta nueva herramienta TPI (Transmission Protection Instrument). Se puede activar para contrarrestar «dinámicas de mercado desordenadas e injustificadas que representan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en toda la zona del euro», dijo.
«La escala de las compras de TPI depende de la gravedad de los riesgos a los que se enfrenta la transmisión de políticas», agregó el BCE.
Las expectativas apuntan a cierta condicionalidad entre la implementación de reformas internas estrictas y la calificación para este nuevo instrumento. Esto se vuelve particularmente importante en el contexto de la política italiana.
Un gobierno creíble que se ciña a los objetivos acordados con la Comisión Europea será fundamental para beneficiarse de la nueva herramienta.