México es el país de la OCDE en donde el sobrepeso, la obesidad y sus enfermedades derivadas tendrán el impacto más grande en el PIB entre 2020 y 2050
¿Quiere darse una idea mínima del riesgo que representa la grasa, el exceso de grasa, para el país? ¿Ha visto cuál es el volumen que ocupa medio kilo de grasa? ¿No?
Imagine entonces lo siguiente: un ejército como no se ha visto antes en la historia de la humanidad, un ejército de niños de entre seis y doce años, un ejército de más de cuatro millones, unos junto a otros, de niños rollizos, de mexicanos que pesan mucho más de lo que deberían.
Una tropa de grasa más que de músculos y huesos. Un brutal ejército al que ni siquiera imagino cuánto tiempo tardaríamos en recorrer.
Bueno, eso no es ninguna fantasía. Es lo que ocurre en México. Hoy, ayer, mañana. Aquí y allá, en su colonia y en la de al lado. En todas las escuelas del país.
Casi todos los niños entran sin obesidad a la primaria y salen obesos de sexto grado.
En los países de la OCDE, uno de cada dos adultos tiene sobrepeso y uno de cada seis es obeso. En los próximos diez años en algunos países, se proyecta un aumento anual de 1% del índice de personas con sobrepeso.
Si a usted no le parece suficiente lo anterior como para entrar en choque, entonces imagine esto otro escenario: un país cuyas mujeres adultas sean la imagen de la redondez. No una, ni diez. Tampoco centenas o miles de mujeres que albergan en sus cuerpos millones de células adiposas, millones de células repletas y desbordantes de grasa.
No. Imagine en serio. Una gordura en serio, en donde las mujeres hayan ido ganando peso de manera hasta alegre. Otro ejército de mujeres. Todas ellas llenitas, pasadas de peso, gruesas, corpulentas, voluminosas, pesadas.
Imagine, no cuesta mucho hacerlo, todas las mujeres gordas que usted conozca. Multiplique la cifra por millones, sí millones, y tendrá una cantidad muy cercana a lo verdadero. Esa es la cantidad de mujeres obesas que viven en México.
Esa es la realidad.
En el caso de las mujeres, ya somos el país número uno del mundo. Hoy México es el paraíso de las gorditas.
En el libro título Panorama general de la situación del sobrepeso y la obesidad en México, se reúne la información más certera que hay en torno a este problema de salud.
Y qué es lo que trae en sus páginas: certidumbres que hasta ahora nadie había reunido tan puntualmente como que la prevalencia de obesidad en los últimos años en México ocurre en todos los grupos de edad.
Sí, ahora fantasee que no es medio kilo de grasa; que es mucho más lo que afecta a los niños mexicanos: escolares de entre 5 y 11 años de edad con una prevalencia de alrededor de 26 por ciento.
También tenemos la mayor tasa de crecimiento en obesidad infantil. Hoy uno de cada cuatro niños en edad escolar presenta obesidad.
En la encuesta para la Medición del Impacto covid-19 en la Educación. De los 54.3 millones de personas de 3 a 29 años en 2020, se reportó que 62.0% (33.6 millones) estuvo inscrita en el ciclo escolar 2019-2020. Haga cuentas del número impresionante de escolares en esta situación.
Y aquí son muy importantes las comparaciones: en México viven más jóvenes con sobrepeso que la población de países como Nicaragua o Costa Rica. Esto dimensiona de qué tamaño es el reto que estamos viviendo.
En adolescentes de 12 a 19 años, uno de cada tres tiene sobre peso u obesidad.
En los adultos mayores de 20 años las cosas no pintan mejores
Se preguntará usted, ¿y cómo llegó México hasta este punto? La respuesta la presenta el diagnóstico:
Los cambios en el estilo de vida que han impactado de manera directa la dieta diaria, tanto en el medio urbano como en el rural, han contribuido al origen de la obesidad como epidemia.
Las modificaciones en la dieta se caracterizan por el alto consumo de grasas saturadas y carbohidratos refinados. Aunado a esto, se han ido perdiendo las costumbres de preparación de los alimentos en el hogar, lo que a su vez ha afectado el orden de los tiempos de comida, ya que los actuales ritmos de vida exigen que los alimentos sean consumidos en lapsos más reducidos.
Otra causa importante también es la ausencia de una cultura física y del deporte, y ha sido un factor que ha contribuido en gran medida al desarrollo de la obesidad.
Magínese ahora un país que sufrió un cambio sustancial entre los alimentos que se consumían antes y los que se comen ahora.
¿Lo creería si le dijéramos que actualmente se consume un 30 por ciento menos frutas y verduras y que se ha reducido 20 por ciento el consumo de carne y leche, y, por el contrario, se ingieren más azúcares simples y bebidas endulzada.?
Este es el México que enfrentamos,
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¿Así que no ha logrado pasmarse?
Qué tal con esto: los niños que entran sin obesidad a la primaria y salen obesos de sexto grado, tienen ante sí un panorama cuesta arriba.
Está comprobado que el sobrepeso y la obesidad, producto de un estilo de vida sedentario y hábitos dietéticos inadecuados (elevado consumo de productos de origen animal, altos en grasa, sodio y azúcar principalmente), son los causantes de las enfermedades crónico-degenerativas, las cuales constituyen las principales causas de muerte en México. Entre ellas se encuentran la diabetes, las enfermedades cerebrovasculares, las cordiopatías y el cáncer.
Aunque existen evidencias acerca de la influencia genética en el desarrollo de la obesidad, gracias al descubrimiento en los humanos del llamado gen de la obesidad o genob, que ha cambiado la noción sobre la función de la herencia en el desarrollo de la obesidad.
Este gen codifica la proteína leptina en las células adiposas (la leptina actúa a nivel cerebral, específicamente en el hipotálamo y es la encargada de producir la sensación de apetito).
Aún así, los factores genéticos representan 30 por ciento de las posibilidades que tiene un individuo de padecer obesidad.
¿Sabía usted que la esperanza de vida en México era apenas hace quince años similar a la de algunos países desarrollados?
Teníamos una esperanza de vida prácticamente igual que la que tenía Estados Unidos, Rumania, e Irlanda. Estados Unidos tenía 79 años de esperanza de vida, Rumania 79, e Irlanda 78. Nosotros teníamos en 76, en México.
La pandemia de covid-19 logró impactar la esperanza de vida en México, la cual bajó cinco años, al pasar de 76 en 2017 a 71 en 2021, seis años menos que el promedio de OCDE, que es de 81.
La esperanza de vida global disminuyó 0.92 años entre 2019 y 2020 y otros 0.72 años entre 2020 y 2021, lo cual representa la primera disminución en la esperanza de vida global desde 1950, el primer año para el que las Naciones Unidas dispone de una estimación global, de acuerdo con el informe “Disminución mundial y nacional de la esperanza de vida: una evaluación de finales de 2021”, de Patrick Heuveline, investigador del Centro de California para la Investigación de la Población (CCPR), de la Universidad de California.
Muchos países experimentaron cambios sustanciales en la esperanza de vida.
Entre 2019 y 2021, se estima que la esperanza de vida disminuyó en más de dos años anuales (cuatro años en total) en ocho países, cinco en América (Perú, 5.6; Guatemala, 4.8; Paraguay, 4.7; Bolivia, 4.1; y México, 4.0 años) y tres en Europa (Federación Rusa, 4.3; Bulgaria, 4.1; y Macedonia del Norte, 4.1 años).
La razón principal es que el aumento en el número de muertes durante la pandemia tuvo un impacto sustancial en la esperanza de vida global.
Pero cuidado, porque entre otras causales está la obesidad.
El Panorama General del Sobrepeso y la Obesidad en México es claro:
«Nuestra nación tiene el dudoso honor de ser la de mayor número de personas con sobrepeso per cápita en el mundo. De continuar esta tendencia, pronto la prevalencia de obesidad en México será del 50 por ciento.
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Los datos duros: En el estudio «La Pesada Carga de la Obesidad: La Economía de la Prevención», de la OCDE, se precisa:
El caso de México: uno de los más preocupantes.
El caso de México es de los más preocupantes. Cerca del 73% de la población mexicana padece de sobrepeso (en comparación con una quinta parte de la población en 1996). México tiene una de las tasas más altas de obesidad de la OCDE. Además, 34% de las personas obesas sufren obesidad mórbida – el mayor grado de obesidad. De acuerdo con nuestras proyecciones, las enfermedades relacionadas con el sobrepeso reducirán la esperanza de vida en México en más de 4 años durante los próximos 30 años. Se trata de la mayor reducción proyectada entre los países de la OCDE. Pero lo más trágico es el crecimiento de la obesidad infantil, la cual se ha duplicado de 7.5 % en 1996, a 15 % en 2016.
Los altos niveles de sobrepeso y obesidad también afectan el desempeño económico de México. Nuestro análisis estima que el sobrepeso y las enfermedades relacionadas: 1) reducirán la fuerza laboral mexicana en el equivalente a 2.4 millones de trabajadores de tiempo completo por año, ya que las personas con sobrepeso y enfermedades relacionadas tienen menos probabilidades de estar empleadas y, en caso de estarlo, tienden a ser menos productivas; 2) supondrán cerca del 8.9 % del gasto en salud por año durante el período 2020 a 2050; y 3) le restará al PIB mexicano 5.3 puntos porcentuales, un porcentaje muy superior al promedio de la OCDE del 3.3 %, una cifra que ya de por sí es demasiado alta. De hecho, México es el país de la OCDE en donde el sobrepeso, la obesidad y sus enfermedades derivadas tendrán el impacto más grande en el PIB entre 2020 y 2050.
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¿Qué lugar ocupa México en la obesidad infantil en 2022?
México ocupa el 5º lugar de obesidad en el mundo y se estima que la cifra aumente en 35 millones de adultos para la siguiente década, advirtió la Federación Mundial de Obesidad.
De acuerdo con el Atlas Mundial de Obesidad, publicado este año, más de mil millones de personas en todo el mundo vivirán con obesidad para 2030. Es decir que 1 de cada 5 mujeres en el mundo y 1 de cada 7 hombres la padecerán. A su vez, 13% de los niños y adolescentes se verán afectados. La cifra se duplicará con creces en los países de ingresos bajos y medianos en dicho periodo.
Esto quiere decir que ningún país está en vías de cumplir el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de detener la obesidad para 2025.
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¿Aún no se le ha despertado el asombro? Qué tal si ahora hablamos de algo que sí duela: el dinero. Del sobrepeso, la obesidad y el presupuesto. Porque otra de las certidumbres es que el gasto en salud en nuestro país presenta una tendencia ascendente.
Este gasto está compuesto por lo que la sociedad aporta a través de los impuestos y lo que proviene directamente de su bolsillo. El primero es clasificado como gasto público y sale de las instituciones gubernamentales que componen el sistema de salud; el segundo es el gasto privado, que equivale al desembolso que las familias hacen para el cuidado de su salud.
La obesidad es una enfermedad mundial, crónica, epidémica, en expansión creciente y constante, que en México rebasó los niveles de alarma ya hace varios años y que plantea un problema de salud pública que amenaza con desbordar financiera y operativamente al conjunto global de sistemas de salud, particularmente a los de naciones emergentes.
No imagine un ejército infantil exagerado, desmedido, monstruoso, inaudito, excesivo, descomunal.
Salga a las calles, ahí está.
¿Qué estamos haciendo para frenar este escenario?
