Por Yuriria Sierra
Sanidad suiza, Mx
Siete de cada diez mexicanos contagiados de covid-19 se atendieron en la clínica privada. En cifras más precisas, sólo el 18.7% de pacientes con coronavirus acudió a clínicas del IMSS, pero el 11.7% lo hizo en consultorios adscritos a farmacias, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 presentada hace unas semanas. En aquel evento, encabezado por Hugo López-Gatell, se hizo énfasis en la necesidad de regular los espacios que ofrecen consulta médica como parte de la oferta de cadenas de farmacias de alcance nacional: “Hay una percepción de que los atienden más rápido y da la sensación de que es muy barato porque la consulta es barata, pero luego tienen que pagar medicamentos y no sabemos en términos de calidad y del efecto que tengan los pacientes”, señaló Arantxa Colchero, del Instituto Nacional de Salud Pública, quien también formó parte de aquella presentación.
Ayer, la propietaria de un canal de YouTube con menos de 2 mil suscriptores y dedicado aparentemente a temas de salud, “oportunamente” puso este tema en la agenda. Lanzó una pregunta al Presidente, quien cedió la respuesta al flamante subsecretario de Salud: “Yo quisiera preguntarle, señor Presidente, si a través de una investigación o de una puntual reseña de cada uno de estos lugares (consultorios adyacentes a farmacias), ustedes estarían pensando en regularlos, porque se conoce de primera instancia que, de pronto, las instalaciones con las que cuentan no son las adecuadas para recibir a los enfermos…”.
La respuesta del responsable del manejo de la pandemia se escuchó con la misma audacia con la que se hizo el cuestionamiento y bajo el mismo discurso con el que se presentaron los datos de salud y nutrición hace un par de semanas: “Cuando se analiza esto de manera puntual se puede ver que, en realidad, es un gran engaño. ¿En qué sentido? Los consultorios adyacentes a la farmacia no resuelven problemas de salud de mayor importancia (…) ¿de dónde viene esta idea y por qué decimos que es un asunto inconveniente? Las condiciones incluso laborales del personal médico, médicas y médicos en general son personas jóvenes, médicas y médicos generales que trabajan en estos consultorios, son condiciones muy precarias…”, sentenció Hugo López-Gatell. Agregó que el personal médico de estos consultorios está también presionado por la venta de medicamentos para luego dar pie a un repaso de la historia, ésa que protagonizó la hoy oposición y que es responsable de todos nuestros males.
“En tres años, la atención médica y los medicamentos van a ser gratuitos para todos los mexicanos y vamos a tener un servicio de salud igual que el de los países nórdicos, igual que el de Dinamarca, de Suecia…”, prometió Andrés Manuel López Obrador en 2019. Meses después de esta promesa, llegó la pandemia, misma que evidenció aún más la insuficiencia de nuestro sistema sanitario. Incluso fue la clínica privada la que tuvo que salir en apoyo. Ya las cifras refieren cuántos se atendieron ahí, pero también fueron los servicios particulares los que ofrecieron espacio y recurso humano para la atención de personas no contagiadas con covid-19, una vía para despresurizar la demanda de un sistema de salud colapsado y sorprendido por el coronavirus. Uno que ya vivía sus propias crisis, la del desabasto de medicamentos, la de la reconfiguración de su estrategia de alcance universal tras la desaparición del Seguro Popular, por ejemplo.
Los consultorios adjuntos a farmacias representan para miles de familias la opción más inmediata en un país al que le prometieron un sistema de sanidad de primer mundo. En el repaso de la historia, que tanto gusta en Palacio Nacional, deberán escribir que estas condiciones de sanidad bajo las que están millones de mexicanos fue también responsabilidad suya: el gobierno que al momento no ha podido mantener constante el flujo de medicamentos para varios padecimientos, no sólo para tratar el cáncer; pero que también, sin tener absolutamente nada bajo el brazo, ataca a las alternativas que ofrecen alivio a miles.
“No podemos cancelarlos de tajo. Lo deseable es que no existan. En la medida en que el sistema público garantice la gratuidad, la universalidad, todo mundo tenga acceso y, desde luego, que la calidad sea atractiva para el pueblo, ése es el planteamiento, pero es muy probable que esa fase de transición implique regular de manera más estricta…”, agregó López-Gatell en un acto de ¿sensatez? Por supuesto que lo ideal es que cada mexicano tenga acceso a servicios de salud, lástima para el subsecretario que sus resultados en el manejo de la pandemia están ahí, a la vista; lástima también que en sus manos está parte de esa transición de la que habla y que nos tiene tan lejos de esa sanidad suiza prometida.