Por Yuriria Sierra
La foto
Oficialmente fueron cuatro años de confrontación, aunque en meses previos y los posteriores persiste la intención del fuego.
Cuatro años en que un presidente se encargó de mantener incendiado el ambiente que él mismo polarizó. Éste era su único papel, el único motor ante la falta de activos políticos que validaran su mandato.
Siguió y siguió, así hasta sus últimos días en el poder, cuando incluso el incendio pasó de ser figurado y lo convirtió en uno de los momentos más duros de la historia de su país. Desde los atentados del 9-11, Estados Unidos nunca se sintió ni vio tan vulnerable.
Sin embargo, tras la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, la sucesión fue un momento que aprovechó la democracia estadunidense para enviar un mensaje de unidad, uno que serviría como eje del discurso que necesitaba escuchar gran parte de sus ciudadanos, uno en el que subrayaron que sí se puede estar en un mismo escenario, compartiendo con figuras que, a pesar de sus diferencias, apuntan y miran hacia el mismo lado.
Y ahí estuvieron, en calidad de testigos de la toma de posesión de Joe Biden, los expresidentes estadunidenses Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama. Dos demócratas y un republicano. Y aunque el presidente saliente no quiso ser parte de esa celebración, la presencia de estos exmandatarios sirvió y cumplió su propósito.
¿Qué pasaría en estos momentos si expresidentes mexicanos se reunieran?
¿Qué pasaría si, además, se sumarán al Presidente actual?
“…Reunirnos y tomarnos una foto juntos en lugar neutral. Demostremos que MÉXICO es primero!!”, ésta es la idea que escribió el expresidente Vicente Fox en un tuit que, primero generó reacciones hilarantes y, si se analiza bien, tiene sostén en el antecedente que vimos en Estados Unidos en enero del año pasado.
“¿Cuál es el lugar más neutral? Pues Palacio Nacional. Si ellos están de acuerdo, yo los invito y ahí nos tomamos la foto”, respondió Andrés Manuel López Obrador a esa convocatoria que hizo el panista y en la que incluyó a Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Carlos Salinas de Gortari; por alguna razón desconocida, Enrique Peña Nieto no figuró en la lista, pero valdría la pena que la invitación se extendiera a él.
Y si nos ponemos rigurosos y sensatos, no bastaría con una foto, el hecho de que hayan sido presidentes, figuras de Estado, eso también los habilita para tener conversaciones sobre lo que México es, sobre lo que México representa y sobre lo que en México ocurre. También les da autoridad para expresarse sobre los retos que enfrenta este país, más aún en un mundo que no para de cambiar, porque no sólo es México…
El mundo, ése también está cambiando y ávido, muy ávido, de diálogo y consensos.