Berenice ‘N’ pasó tres años prófuga de la justicia después de mandar asesinar a su marido y a sus hijastros; el caso de la ‘Viuda Negra’
Excelsior. La historia de Berenice «N», conocida como la “Viuda Negra”, acusada de planear y ordenar en abril de 2019 el asesinato de su esposo, Jacobo Quesada, y sus dos hijastros por una herencia millonaria, tiene tintes de novela de terror.
Desde que era asistente de limpieza de Jacobo Quesada en el gimnasio en el que trabajaba, hasta el pasado 20 de julio, cuando fue appresada en Acapulco, la mujer se dio la gran vida; la dejaron libre, se llevó los autos de la familia, una vez los tres asesinados, e inclusive puso en renta el inmueble,m a oesar de ser escena del crimen y estar bajo investigaciones.
Un año después, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad (FGJCDMX) la acusó del delito de homicidio calificado diversos tres, según señala la orden de aprehensión integrada a la carpeta judicial 008/858/2019.
Vivió en Querétaro, viajó a Las Vegas, e inclusive, a pesar de haber quedado fuera del testamento, lo que desató su furia, se atrevió a reclamar 400 millones de pesos como parte de la herencia que, según ella, le corresponde por ser esposa del hombre al que mandó matar.
Así, con este perfil, fue apresada tres años después de estar en fuga.
La Fiscalía de Guerrero la detuvo el pasado 20 de julio.
Cayó La Viuda Negra de la ciudad de México, en el puerto de Acapulco.
Berenice “N” es acusada de matar al empresario Jacobo Quesada y a sus hijos en un gimnasio de la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México.
Cayó tras una denuncia ciudadana.
De acuerdo con las indagatorias, la mujer habría planeado el triple asesinato, luego de que su esposo la dejó fuera del testamento tras descubrir que le fue infiel.
Berenice “N” pasó de ser la empleada doméstica para convertirse en la esposa de un empresario dueño de edificios, negocios y una colección de vehículos de lujo.
Jacobo Quezada, de 51 años, era el propietario del gimnasio. Tenía dos hijos: Patricia de 26 años, quien era encargada de la administración de los bienes de su padre, y Jacobo de 25 años, estudiante de derecho y jugador de futbol americano.
En 2003, el empresario contrató a Berenice como empleada doméstica, pero al poco tiempo inició una relación con ella y se casaron.
Testigos afirman que Berenice le fue infiel a Jacobo con su propio hijo y luego con un entrenador del negocio, lo que provocó que se quedara fuera del testamento y recibiera menos dinero.