Los países de la Unión Europea acordaron el lunes que todos los almacenes del gas natural en el bloque de 27 países deben llenarse al menos al 80 por ciento para el próximo invierno, ante la posibilidad de que Rusia reduzca más las entregas.
La UE intenta reducir su consumo de energía rusa debido a la guerra del Kremlin en Ucrania y busca otras fuentes de suministro. A partir de agosto comienza un veto a las importaciones de carbón ruso, y la mayor parte del crudo ruso quedará embargado en los ocho meses siguientes.
En tanto, Moscú ha restringido las entregas de gas natural, un combustible utilizado para fábricas y generar electricidad, que la UE no incluyó en sus sanciones por temor a causar daños graves en la economía europea. Antes de la guerra, el bloque recibía en torno al 40 por ciento de su gas natural de Rusia.
Moscú ha reducido los suministros de gas a varios países de la UE, incluidos los grandes importadores Alemania e Italia, y cortado sus entregas a miembros como Polonia y Finlandia.
El Consejo de la UE adoptó la norma de almacenaje de gas el lunes tras una propuesta en marzo de la Comisión Europea. La regulación también dice que los almacenes subterráneos de gas en territorio europeo tendrán que llenarse al 90 por ciento para el invierno 2023-24.
Jefes de Estado y Gobierno acordaron la semana pasada en una cumbre en Bruselas acelerar los preparativos para nuevos recortes de gas de Rusia y seguir buscando otros suministros. La UE ya ha aumentado las entregas desde Estados Unidos, Noruega, Argelia y Azerbaiyán.
Algunos miembros de la UE no tienen instalaciones de almacenaje, de modo que la regulación contempla que deben almacenar el 15 por ciento de su consumo anual nacional en otros Estados miembros, lo que les permite acceder a reservas en otros países de la UE.
Chipre, Malta e Irlanda, que no tienen conexión directa con la red de gas de otros miembros, recibieron una excepción, indicó el consejo, y añadió que las obligaciones se suspenderán al final de diciembre de 2025.