El Papa Francisco pidió este lunes perdón a los pueblos indígenas en Canadá por los abusos que cometió la Iglesia Católica contra los niños originarios en las escuelas residenciales.
Dijo que la asimilación forzada de los pueblos nativos a la sociedad cristiana destruyó sus culturas, separó a sus familias y marginó a generaciones de maneras que todavía se sienten hoy.
«Humildemente pido perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas», afirmó Francisco cerca del sitio de la antigua escuela residencial india Ermineskin, ahora en gran parte demolida, en el sur de Edmonton, Alberta.
«Estoy profundamente dolido. Pido perdón por la manera en que lamentablemente muchos cristianos tomaron mentalidad colionalista de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas», agregó.
«Pido perdón, en particular, por el modo en el que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada de los Gobiernos de la época».
La tan esperada disculpa abrió el «peregrinaje penitencial» de Francisco a Canadá, que tiene como objetivo ayudar a la Iglesia en su camino de reconciliación con los pueblos indígenas y ayudar a las víctimas a sanar.
Las palabras de Francisco este lunes fueron más allá de su anterior disculpa por los actos «deplorables» de los misioneros y, en cambio, asumió la responsabilidad de la cooperación institucional de la Iglesia con la política de asimilación «catastrófica», que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá ha dicho que equivalía a un «genocidio cultural».