El calor del verano y la falta de mantenimiento y control en algunos sistemas de agua y refrigeración propician la aparición de una bacteria, la legionella, que origina la enfermedad denominada legionelosis que tiene dos manifestaciones: neumonía, también conocida como Enfermedad del Legionario, y Fiebre de Pontiac, un síndrome febril agudo.
Un brote en Cáceres con al menos dos fallecidos y una decena de afectados pone en la actualidad a la legionelosis, una enfermedad ambiental que presenta variaciones en cuanto a su gravedad, desde afecciones leves con fiebre hasta neumonías que pueden ser mortales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas son las principales características de esta enfermedad que está presente prácticamente en todo el mundo.
Origen
Tiene su origen en la bacteria Legionella pneumophila que se describió por primera vez en 1977, como causa de un brote de neumonía grave registrado el año anterior en un centro de convenciones en Estados Unidos.
Esta bacteria y otras especies afines suelen encontrarse en lagos, ríos, arroyos, aguas termales y otros sistemas hídricos.
Brotes
Se asocia a brotes relacionados con sistemas hídricos artificiales deficientemente mantenidos, en particular torres de enfriamiento o condensadores de evaporación utilizados para sistemas de acondicionamiento de aire y refrigeración industrial, sistemas de agua fría y caliente en edificios públicos y privados, e instalaciones de hidromasaje.
Por eso es especialmente peligrosa en lugares como hospitales, con personas vulnerables, u hoteles, con alta concentración de público.
Transmisión
La forma de transmisión más frecuente de Legionella es la inhalación de aerosoles contaminados procedentes de torres de enfriamiento para aire acondicionado, sistemas de agua fría y caliente, humidificadores e instalaciones de hidromasaje.
La infección también puede producirse por aspiración de agua o hielo contaminados, sobre todo en pacientes hospitalizados vulnerables, o por exposición del recién nacido durante los partos en el agua.
No hay transmisión directa de persona a persona.
Incubación de la legionelosis
La legionelosis tiene un periodo de incubación de 2 a 10 días (aunque en algunos brotes se han registrado periodos de hasta 16 días) en el caso de la neumonía y de pocas horas hasta un máximo de 48 horas en el caso de la Fiebre de Pontiac.
Síntomas
- La forma no neumónica (Fiebre de Pontiac) es una enfermedad aguda de resolución espontánea que se manifiesta con síntomas similares a los de la gripe y remite generalmente al cabo de 2 a 5 días. Los síntomas principales son fiebre, escalofríos, cefalea, malestar general y dolor muscular. No se suele asociar la muerte a este tipo de infección.
- La Enfermedad del Legionario, la neumonía, cursa inicialmente con fiebre, pérdida de apetito, cefalea, malestar general y letargo. Algunos pacientes también refieren dolor muscular, diarrea y confusión.
Tratamiento de la legionelosis
Actualmente, no hay ninguna vacuna disponible contra la legionelosis.
La Fiebre de Pontiac es autolimitada y no necesita intervención médica, ni siquiera antibióticos.
La Enfermedad del Legionario o neumonía necesita siempre tratamiento antibiótico una vez que se ha establecido el diagnóstico.
Prevención
La amenaza que la legionelosis supone para la salud pública puede ser controlada por las autoridades responsables de la seguridad de las edificaciones o de los sistemas de abastecimiento de agua mediante la aplicación de planes de garantía de la salubridad del agua.
La prevención de la enfermedad del legionario depende de la aplicación de medidas de control que minimicen la proliferación de Legionella y la difusión de aerosoles, según la OMS.
Esas medidas incluyen un buen mantenimiento de las instalaciones y aparatos, en particular mediante su limpieza y desinfección sistemáticas, y la aplicación de otras medidas físicas (térmicas) o químicas (biocidas) para limitar al máximo la proliferación.