Estudios señalan beneficios por ampliar el intervalo entre la primera y la segunda dosis de vacuna COVID.
El financiero. Alargar el periodo entre la primera y la segunda dosis de vacuna COVID en niñas y niños podría aumentar su inmunidad y el riesgo de efectos secundarios, de acuerdo con un artículo de la revista Nature.
Según señala la publicación, varios estudios han demostrado que las personas tienen una mayor protección inmunológica ante el COVID tras extender el lapso entre la primera y la segunda dosis, aproximadamente en un periodo de ocho semanas a cuatro meses.
Algunos padres en Canadá y Estados Unidos están considerando extender el intervalo de inmunización de sus hijos bajo esta premisa, sin embargo, hasta el momento ningún estudio ni ensayo clínico ha investigado su efecto en bebés o niños pequeños.
Algunos científicos piensan que es mejor aplicar las dosis en infantes en los tiempos establecidos y evitar el riesgo de una infección en medio de la propagación de la variante BA.5.
“Están retrasando la vacuna por un beneficio teórico en medio de un aumento que puede causar daño real a los niños”, comentó Jessica Snowden, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Ciencias Médicas de Arkansas en Little Rock.
En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan que los niños de seis meses a cuatro años esperen de tres a ocho semanas entre las dos primeras dosis de la vacuna de Pfizer, y los niños de seis meses a cinco años esperen de cuatro a ocho semanas entre la primera y segunda dosis de Moderna.
Mientras que el Comité Asesor Nacional sobre Inmunización de Canadá recomienda un intervalo de ocho semanas para la vacuna Moderna.
El sitio web de los CDC señala que, con base en estudios realizados en adultos y adolescentes, un intervalo de hasta ocho semanas en personas de seis meses a 64 años podría ayudar a aumentar los niveles de anticuerpos y reducir la posibilidad de efectos secundarios como la miocarditis y pericarditis.
Sin embargo, científicos consideran que esta visión de los CDC podría ser exagerada y destacan el riesgo que representa el que las niñas y niños no estén protegidos durante este periodo, además de que los estudios no han sido propiamente aplicados en infantes.
¿Qué pasa si alargas el periodo entre la aplicación de dosis de vacuna COVID?
Cuando el antígeno de la vacuna ingresa al cuerpo, las células inmunitarias en la sangre, conocidas como células B, comienzan a producir anticuerpos después de unos días. Solo algunos de esos anticuerpos podrán adherirse al virus y bloquearlo para que no ingrese a una célula, explica Salon Shannon de Nature.
Luego de esto, las células B mutan para mejorar la posibilidad de que sus anticuerpos combatan el virus, un proceso que lleva tiempo. Cuanto mayor sea la demora antes de la segunda dosis, mejor actuará el sistema inmunológico para reconocer el ataque y reaccionar rápidamente.