Más allá de ser un condimento, el tomillo también tiene diversas propiedades curativas
El tomillo no solo tiene propiedades para la elaboración de alimentos, sino también es un excelente antibiótico, antiinflamatorio, antibacteriano y analgésico.
Esta planta aromática perenne tiene más de 350 especies alrededor del mundo. Es originaria del sureste de Europa, norte de África y oeste de Asia, aunque su producción, hoy en día, es común en otros países. Crece en climas secos y soleados, y resiste las temporadas de sequías.
Dentro de la cocina, el tomillo sirve como condimento, favorece la conservación de alimentos, gracias a sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes. Sin embargo, antes era usado como un antibiótico; incluso en el siglo XIX y a principios del XX, tenía utilidades desinfectantes.
Por lo regular, el tomillo puede encontrarse en fármacos, extractos fluidos, aceite esencial, infusiones o en lavados antisépticos.
Te decimos las propiedades, beneficios y contradiciones del tomillo.
Valor nutricional del tomillo
Dentro de sus propiedades, el tomillo posee diversos aceites esenciales, tales como: timol, anetol y borneol, los cuales ayudan para la función intestinal, propiedades antisépticas y diuréticas.
La planta destaca por su alto contenido de hierro, puesto que un gramo de tomillo equivale al 12% de la ingesta diaria recomendada en hombres y el 7% en mujeres.
Además, por cada 100 gramos contiene: 369 Kcal, 9.11 g de proteína, 18.6 g de fibra, 123.60 mg de hierro, 814 mg de potasio, 201 mg de fósforo, 6.18 mg de zinc y 55 mg de sodio. Por otro lado, también es rica en vitamina A, B, B6, C, D y E.
El tomillo y sus beneficios
Uno de sus puntos positivos tiene el tomillo es su actividad antiespasmódica expectorante. Esta acción deriva gracias al timol y al carvacrol, lo que ayuda a combatir las enfermedades en las vías respiratorias como tos seca, laringitis, bronquitis, asma y gripe. Sobre este asunto, la planta también es un antitusígeno, limpia las vías respiratorias y tiene un efecto antiespasmódico en estas.
Asimismo, el tomillo tiene un efecto antiséptico superior al fenol y al agua oxigenada, por lo que es ideal para lavar heridas, llagas y para afecciones bucales como aftas o piorrea.
Sus componentes fenólicos, carvacrol y timol efectúan como sustancias antibacteriales, antifúngicas y antivíricas, ideales para combatir infecciones en genitales externos como vaginitis, vulvitis, uretritis y prostatitis.
La esencia del tomillo, por otro lado, es útil para dolores musculares y osteoarticulares; para favorecer la digestión y la formación de gases; para proteger la mucosa digestiva; y para eliminar toxinas del cuerpo.
Incluso la editorial académica Elsevier explica, tras recopilar información en algunos textos, que el tomillo tiene un efecto estrogénico débil, pero que puede servir para la prevención de enfermedades producidas por exceso de xenoestrógenos, como es el cáncer de mama.
Contradicciones del tomillo
Si bien el tomillo no tiene muchas contradicciones, una de las desventajas del tomillo es que no debe usarse durante el embarazo ni en la lactancia, así como en niños menores de 12 años o en ancianos.
En altas dosis, en tratamientos crónicos o en personas sensibles, puede producir reacciones alérgicas dermatológicas como la dermatitis. También, debe evitarse en casos de úlceras, gastritis, enfermedades neurológicas o afecciones hepáticas y renales.