Por Leo Zuckermann
Ya basta de tanto bullshit y pónganse a trabajar
Es el colmo. El país viviendo otra crisis de violencia y los políticos, en lugar de dar respuestas, se dedican a apuntar el dedo hacia otro lado. El presidente López Obrador está convencido de que los hechos se magnifican porque existe un complot de sus adversarios conservadores para perjudicar al gobierno. Desde la oposición se escuchan voces asegurando que los actos de intimidación a la población civil que ocurrieron en Jalisco, Guanajuato, Baja California, Chihuahua y Michoacán fueron orquestados por el gobierno de AMLO para justificar la militarización de jure de la Guardia Nacional (ya lo está de facto). Qué ridículo hacen unos y otros con estas “explicaciones” de quinta.
No dudo que haya gente que se crea una de estas dos versiones. Pero, seamos serios, frente a la magnitud del problema de la inseguridad del país, que lleva tres sexenios sin resolverse, lo único que nos receta la clase política mexicana, sean de izquierda o de derecha, estén en el gobierno o en la oposición, es lo que los estadunidenses denominan como bullshit, es decir, algo que no tiene sentido alguno o una franca mentira.
“Uy, son los conservadores que controlan los medios de comunicación los que atizan la violencia”. “Uy, no, son los lopezobradoristas que quieren instaurar una dictadura militar”. ¡Por favor! Déjense ya de tonterías y pónganse a trabajar. Juntos, gobiernos y opositores, para darnos seguridad a los mexicanos. Recuerden que la tarea primordial del Estado es precisamente ésa. Basta de excusas y de apuntar el dedo a los de enfrente.
Los mexicanos llevamos muchos años sufriendo un deterioro en este tema. Sí, es cierto, a López Obrador le heredaron un país incendiado en materia de inseguridad. Pero también es cierto que el Presidente actual no ha podido apagarlo. Ni porque se reúne diario con el gabinete de seguridad ni porque ha repartido miles de millones de pesos de programas sociales ni porque repite la bobería de “abrazos, no balazos” ni porque tortura las estadísticas para presumir supuestas mejorías temporales ni porque tiene una Guardia Nacional de más de cien mil elementos.
Ahí están los muertos de Calderón, los muertos de Peña y ahora los muertos de López Obrador. Cientos de miles de mexicanos han sido asesinados en estos tres sexenios. Una carnicería que ha estado acompañada de olas de secuestros y extorsiones.
Ya nos hemos acostumbrado. Lo vemos con normalidad. Pero, de vez en cuando, hay un crimen que nos cimbra. O vemos las escenas de delincuentes vestidos de militares incendiando tiendas, camiones y vehículos, además de disparar en contra de la población civil. Ciudades enteras apanicadas por una violencia que parece perfectamente organizada para infundir miedo.
Que si es la sucesión del liderazgo del Cártel Jalisco Nueva Generación porque Nemesio Oseguera El Mencho se está muriendo. Que si son bandas pequeñas que se están disputando los territorios. Que si todo comenzó con una riña en un penal entre grupos delincuenciales. Que si secuestraron a miembros de la Guardia Nacional para que dejaran libres a ciertos criminales. La prensa está llena de explicaciones estos días. Y los políticos se regodean echándose la culpa los unos a los otros.
¿Y luego?
¿Dónde está el Estado mexicano?
¿Qué está haciendo para resolver un problema que parece crónico?
Basta ya de payasadas. La solución, lo sabemos hace mucho, es fortalecer toda la cadena que tiene que ver con la procuración de la justicia para evitar la impunidad. Los expertos lo han dicho hasta el cansancio. Requerimos mejores policías, fiscales, jueces y cárceles. Necesitamos gastar más dinero público con el fin de construir capacidades institucionales. Que el Estado se haga presente por medio de sus instituciones que detienen, procesan, castigan, custodian y rehabilitan a los delincuentes.
De nada sirve tener la mejor policía del mundo si los fiscales son una bola de ineptos que no tienen la capacidad de demostrar su culpabilidad. De nada sirven fiscales eficaces si los jueces son corruptos. Ni qué decir de las cárceles que se convierten en centros donde se llevan a cabo acciones criminales, como la operación de redes de extorsión.
Por el amor de Dios, por favor, pónganse a trabajar en lugar de estar dando excusas tontas. Ya estuvo bueno de tanto bullshit. Queremos resultados, no politiquería de la peor calaña. Compórtense como lo que son: funcionarios de un Estado que debe proveernos seguridad a los ciudadanos. 129 millones de mexicanos se los agradecerán.