El empresario Mario Hurtado, de nacionalidad nicaragüense y mexicana, acusó al Gobierno de Daniel Ortega de realizar una venganza política en su contra con las acusaciones de lavado de dinero que le imputa, las cuales, aseguró, son falsas.
Hace unas semanas, el Gobierno nicaragüense acusó a Hurtado, dueño de las casas de empeño Prisa, de lavado de dinero, defraudación tributaria y otros delitos, e intervino las instalaciones de la empresa.
En entrevista con medios locales, Hurtado aseguró que el proceso judicial es un show político en represalia por haber dejado el Frente Sandinista que gobierna Nicaragua, con Ortega a la cabeza, para convertirse en un opositor.
«Todo esto es un castigo porque me consideran traidor», dijo al diario digital Confidencial.
«Algunos creen que la revancha política es la manera de desarrollar a Nicaragua, pero sabemos que eso no es así».
La semana pasada, las autoridades solicitaron a Interpol la captura del empresario, quien dijo recientemente a periodistas que está residiendo en México.
Hurtado también señaló que está siendo perseguido por haber tenido éxito en los negocios y por colaborar durante 12 años con el diario La Prensa, que el Gobierno de Ortega incautó desde el año pasado y la semana anterior concluyó la toma de las instalaciones del medio para convertirlas en un «centro cultural».
«Esta acusación contra mí es política, no hay delitos, porque ellos dicen, según me han dicho amigos que están en el orteguismo, que me consideran un traidor y no puede ser que en Nicaragua exista alguien fue sandinista y que ahora le va bien en en los negocios y vive en Nicaragua», dijo Hurtado al diario La Prensa.
«Que eso no puede ser, que todos los traidores tienen que estar muertos o exiliados», agregó.
La acusación contra Hurtado llega después de la persecución contra religiosos, periodistas y opositores en Nicaragua. Recientemente fue arrestado el Obispo Rolando Álvarez por imputaciones de sedición, se cerraron emisoras religiosas y decenas de políticos están encarcelados.
Ortega logró reelegirse como Presidente el año pasado después de encarcelar a media docena de opositores que habían manifestado su intención de competir en las elecciones.